Animación hospitalaria infantil: ¿cómo entretener a niños hospitalizados?

Tener que pasar una temporada en el hospital no es fácil para nadie, pero cuando se trata de niños y niñas el impacto siempre es mucho mayor. Cuando los pequeños tienen que pasar varios días, incluso meses, ingresados en un hospital se enfrentan a una situación difícil y estresante que afecta a su bienestar físico y emocional.

No es nada fácil para ellos estar lejos de su casa, de sus amigos y de las actividades de su rutina diaria. Este cambio tan drástico en sus vidas les suele generar sentimientos de miedo, tristeza, soledad y aburrimiento. Por esa razón es tan importante la animación hospitalaria infantil, una forma de hacer más llevadera su estancia en el hospital. 

Juegos y distracciones en el hospital ¿por qué son tan importantes?

Jugar, distraerse, aprender, compartir y sentirse bien es vital para los niños y niñas. Pero, todavía lo es más cuando se encuentran en una situación de vulnerabilidad como es estar ingresados en un hospital. Es entonces cuando entra en juego la animación hospitalaria infantil, que consiste en ofrecerles diferentes actividades lúdicas y educativas para mejorar su calidad de vida durante su estancia en el hospital. Estas actividades les ayudan a distraerse de su enfermedad, favorecen su recuperación y les permiten seguir aprendiendo y divertirse. Y lo más importante, les hace sentirse más acompañados y más felices. 

Las actividades más comunes

Dependiendo del centro hospitalario, hay diferentes actividades de animación hospitalaria infantil. Aunque estas también dependen de algunos factores como el estado de salud, la edad, el estado de ánimo y las preferencias de cada niño o niña. Sin embargo, hay actividades que suelen ser comunes en la mayoría de centros hospitalarios. 

Según el estado, las necesidades y los intereses de cada infante estas actividades se pueden realizar en espacios comunes adaptados del hospital o en la propia habitación del pequeño. Lo importante es que se sientan cómodos, tranquilos y seguros. 

Actividades en espacios comunes

Los espacios comunes suelen ser salas amplias y luminosas, decoradas con dibujos y colores alegres para crear un ambiente divertido, acogedor y seguro para los pequeños. Disponen de mesas y sillas para que estén cómodos y también de estanterías y armarios para guardar y organizar los juegos, libros, cómics, películas, etc.,que se necesitan para las distintas actividades. Algunas de las actividades que se realizan en los espacios comunes son las siguientes: 

  • Juegos: en estos espacios comunes se ofrece todo tipo de juguetes, juegos de mesa, disfraces y herramientas para que puedan jugar solos o con otros niños hospitalizados. Mientras juegan se divierten, usan su imaginación, se distraen y pueden relacionarse con otros niños que están en sus mismas circunstancias.
  • Biblioteca: los pequeños tienen acceso a libros y cómics, que pueden leer solos o en grupo. Además también se realizan actividades de animación a la lectura, cuentacuentos o se proyectan películas. 
  • Talleres: también se realizan talleres de diferentes tipos como expresión plástica, animación, etc., y en ocasiones pueden disfrutar de actuaciones de payasos, teatrales, musicales o de nuestro mago Pepe.
  • Celebraciones: se preparan fiestas cuando llegan fechas especiales como cumpleaños, Navidad, Halloween, Carnaval, etc.

Actividades en la habitación 

Algunas veces, debido a las condiciones físicas de los pequeños, a su estado de salud o por prescripción médica, estos no pueden ir a los espacios comunes. En estos casos, se les ofrecen actividades que puedan realizar en su habitación adaptándolas a sus circunstancias. El objetivo es acompañarlos, animarlos y divertirlos. Se les ofrecen libros, cómics, música y juguetes. También pueden recibir la visita de animadores que adaptan las actividades lúdicas a su situación o payasos que les hacen pasar un rato divertido.    

Ayudar a niños hospitalizados: consejos y buenas prácticas

La animación hospitalaria infantil es una labor que resulta muy gratificante para los voluntarios y profesionales que la realizan. Acompañar a los niños y niñas en esas circunstancias tan delicadas es una forma de demostrarles que no están solos, que aparte de sus familiares, hay personas que se preocupan por ellos y por eso se ocupan de regalarles sonrisas, ilusión y esperanza. 

Pero también es una actividad que requiere de una buena preparación. Y tanto los profesionales, como los voluntarios o los familiares que acompañan a los pequeños mientras están ingresados, deben seguir una serie de consejos y buenas prácticas para que la animación hospitalaria infantil sea efectiva y beneficiosa, tanto para los pequeños, como para sus familias y los que realizan esa importante labor. Estos son algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta:

  • Conocer bien las necesidades, los intereses y las condiciones físicas y emocionales de los pequeños, y adaptar las actividades a ellos. 
  • Crear un ambiente que sea agradable, acogedor y seguro donde se vayan a realizar estas actividades.
  • Respetar las normas y las indicaciones del personal sanitario y realizar las actividades en perfecta coordinación con ellos. 
  • Escuchar a los niños y niñas, mostrar interés por lo que dicen y sienten y responder en consecuencia. 
  • Siempre que sea posible, fomentar que los pequeños participen y sean autónomos y creativos, ofreciéndoles opciones y reconociendo sus logros. 
  • Tratar de que la familia se involucre activamente en las actividades para fortalecer el vínculo afectivo y el apoyo emocional. 
  • Y por último, y no menos importante, cuidar el propio bienestar físico y emocional. Muchas veces las situaciones son demasiado duras y es bueno expresar las emociones y buscar apoyo cuando es necesario. Un buen animador es un animador que está bien y transmite felicidad. 

La animación hospitalaria infantil es una gran ayuda para los niños y niñas que tienen que estar en el hospital por algún motivo de salud. Gracias a ella, se consigue aliviar el estrés, el dolor, el miedo y el aburrimiento que pueden sentir. Es, en definitiva, una forma de darles cariño, apoyo y esperanza a los niños y niñas hospitalizados cuando más lo necesitan.